Lo de casarse es un trámite y una pequeña imposición social, opiniones personales a parte creo que ya que se hace por lo menos que se haga con estilo. No es una sino muchas las bodas a las que terminamos asistiendo a lo largo de nuestra vida.
Del día de la novia nos quedarán pocos recuerdos, a penas una mención al convite, al vestido de ella o alguna foto de la madrina con cara de empanada en la Iglesia. Lo que si nos queda, para desgracia nuestra es la Invitación. Digo para desgracia porque probablemente el regalo que reparte la novia será perdido, tirado a la basura o “UPPSS” accidentalmente roto en una de las pasadas del plumero. Sin embargo la invitación ocupa poco, cabe entre las hojas de algún libro que sabemos que no vamos a leer de nuevo, olvidada pero no eliminada. Algo así como encerrarla en una celda y tirar la llave (sensación que deben tener muchas parejas cuando dan el sí quiero, pero me estoy desviando).
Que sorpresa volver a encontrar esa invitación de la boda de tu prima en una de las mudanzas, “mira si son Snoopy y Mafalda que se casan” hombre! Por favor! No había diseño más cutre en la tienda o es que fuiste tan original de dejar a tu hermano el hortera que la diseñara con el Paint?
Para un detalle de tu boda que va a durar años y años cúrratelo y que te las diseñe un profesional!
Las Invitaciones de Boda son para siempre, la pareja es otra cosa!
No hay comentarios:
Publicar un comentario